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17 Nov, 2022

Villa Allem, o cuando el hormigón es el material más adecuado

Dulce Xerach

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Una villa en Portugal con la búsqueda de la durabilidad como estrategia de sostenibilidad

Este proyecto, villa Allen, situado en el Alentejo portugués, da la impresión de haber sido pensado para prevenir la obsolescencia programada y por lo tanto para conseguir una sostenibilidad de la arquitectura en el tiempo, duradera, y a la vez lograr la sostenibilidad natural de los espacios verdes que le rodean, que restauran y potencian la biodiversidad del enclave.

No es un lugar costero, pero casi. La influencia de Océano Atlántico, que está a tan solo 10 kilómetros al interior del lugar, nos atañe, porque el mar se siente y percibe en los vientos y en la vegetación, propia de una vegetación de litoral bastante parecida a la de las islas Canarias.

Ubicada en un bosque de alcornoques en esta región rural, la aislada Villa Alem del arquitecto suizo Valerio Olgiati ofrece una reinterpretación singular de la casa con patio.

Villa Alem se concibe como el desarrollo de una idea arquitectónica única: un jardín amurallado, diseñado específicamente para proporcionar un ambiente interno protegido del calor y los vientos extremos del sitio. El edificio consta de una residencia y un patio exterior; ambos programas están ocultos por grandes muros de hormigón fundido in situ que se pliegan hacia adentro o hacia afuera para brindar vistas o sombra donde sea necesario.

Vista exterior de Villa Allem, Alentejo, Portugal.

Cuando en un lugar el hormigón es lo más sostenible.

El edificio está construido íntegramente con hormigón in situ de un tono ligeramente rojizo. Aquí, en este material, el hormigón, me quiero detener. El hormigón tiene mala fama porque su fabricación genera emisiones de CO2 que deben reducirse por la industria de materiales constructivos, pero, no obstante, en algunos lugares, como el que nos ocupa, es un material que debe – contra toda opinión de moda, y contra todo pronóstico por ser una idea contraintuitiva- ser considerado, sin lugar a dudas, como uno de los materiales de construcción más ecológicos disponibles. Entre esos lugares están los costeros, que requieren materiales muy resistentes a las influencias salinas de los océanos y a la fuerza de los vientos, en este caso entre otros los vientos alisios, que afectan tanto a Portugal como a Canarias, Madeira y Azores.

Villa Allem desarrolla esas nuevas posibilidades para el hormigón como material de construcción que es a la vez: atemporal y duradero, y con esa durabilidad le confiere sostenibilidad.

Cuando escribo sobre hormigón, para explicar su sostenibilidad, y mi apuesta por este material, pongo siempre un ejemplo muy claro: el Pantheon de Agripa en Roma, hecho con hormigón hace más de 2000 años y que se conserva magníficamente. En 2000 años todo lo que pudiera contaminar el momento de la construcción está mucho más que amortizado. No sé si Villa Allem durará tanto pero parece estar construida para perdurar, preparada para recibir los elementos climáticos adversos y resistir bien a los mismos.

Vista interior que juega con los principios de los patios de la Alambra de Granada al generar espacios de jardín interior con presencia del agua.

Tiene un jardín amurallado que ocupa un foco central en el proyecto, apoderándose aproximadamente de las tres cuartas partes de la huella del edificio.

Villa Allen sigue el modelo de los Arrayanes en la Alhambra de Granada: el jardín en el centro de la casa está dispuesto como una serie de bandas horizontales enmarcadas por caminos y plantas. Con un estanque central que define el eje principal norte-sur del jardín, diseñado esta vez para nadar.

Los largos muros que enmarcan el patio se pliegan hacia afuera como si se abrieran al cielo. En el extremo sur del jardín, el muro bajo se pliega hacia adentro. Los muros de hormigón plegado, sensacionalmente inescrutables, definen las extensiones de la casa y le dan una presencia monumental interesante.

Desde una perspectiva externa, la masa del edificio se lee como un solo volumen homogéneo. La gran mayoría de la masa del edificio, desde las gruesas paredes plegadas hasta la base del sofá en el comedor, está hecha de hormigón colado in situ. Sí, ese hormigón que en lugares como el Alentejo y Canarias es de los más ecológicos y adecuados.

Jardín interior rodeado de muros protectores de hormigón, diseño del arquitecto suizo Valerio Olgiati

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